Lo que una vez fue el secreto a voces de la industria de alimentación ahora está bajo el foco de atención del consumidor: los retailers de alimentación desperdician comida. Cada vez más, los consumidores demandan productos éticos lo que hace que la reducción del desperdicio sea una cuestión de lealtad para los supermercados, pero la repercusión financiera puede ser asombrosa. En un estudio de RELEX de 2018, los supermercados reportaron una media de $70M de pérdidas cada año por las mermas de alimentos frescos, y las compañías más grandes reportaron pérdidas de cientos de millones de dólares.
El Riesgo: (donde) las cadenas de suministro no integradas pierden dinero
Ese mismo estudio descubrió que la raíz del problema a menudo radica en las malas prácticas de la cadena de suministro. La mayoría de los retailers de alimentación reportaron prácticas de la cadena de suministro que no cumplen con los estándares de mejores prácticas. De los grandes supermercados de USA (más de 10 mil millones de dólares en ingresos anuales), el 16% dijo que generan las previsiones de los centros de distribución a partir de sus salidas históricas, mientras que el 70% las genera a partir de los pronósticos de demanda de las tiendas.
Si bien la última opción es la que va en la dirección correcta, ninguno de los métodos ofrece resultados en reducción de mermas necesarios para tener éxito en una industria híper competitiva y de bajo margen. Confiar en las salidas históricas del almacén es como intentar conducir un coche mirando solo por el espejo retrovisor – y aunque valiosos, estos datos nunca respaldarán una estrategia proactiva.
Generar pronósticos de los Centros de Distribución a partir de los datos de demanda a nivel tienda, por otro lado, causa picos disruptivos porque la información de la transacción por sí sola no ofrece una visión holística de las necesidades de inventario. Estos requerimientos están influenciados localmente (en el día a día) por factores externos como la variación de la demanda relacionada con la meteorología y campañas de promoción planificadas.
La oportunidad: integrar la cadena de suministro para reducir mermas e incrementar ventas
Tanto el estudio de RELEX como la experiencia del mundo real de los retailers apuntan a un vínculo claro entre el uso de la tecnología integrada de pronóstico y reabastecimiento y niveles de mermas más bajos. Los clientes de RELEX, por ejemplo, son capaces de reducir las mermas consistentemente entre un 20% y un 40%, añadiendo un 25% a los beneficios típicos y un aumento de aproximadamente el 2% en ventas.
Las recomendaciones de las Mejores Prácticas actuales son generar pronósticos de los centros de distribución a partir de proyecciones de compra de las tiendas. Una proyección de tienda toma la previsión del punto de venta como punto de partida, luego, automáticamente construye una visión más holística de las necesidades de inventario a partir de datos a nivel tienda considerando una variedad de factores importantes, desde cantidades mínimas en display hasta el stock de seguridad y otros.
Las proyecciones de tienda resultan más precisas cuando el retailer hace uso de la tecnología de Machine Learning que considera factores externos, los centros de distribución usan los datos de Machine Learning para prepararse para un aumento imprevisible de la demanda de helados durante un período inusualmente caluroso o una caída de la demanda de un producto de pasta fresca por la promoción de otro.
De acuerdo con el estudio de RELEX, las tiendas de alimentación cuyos pedidos de reabastecimiento no se generan automáticamente por los pronósticos de demanda de tiendas tienen casi cinco veces más probabilidades de sufrir mermas. Sin embargo, con la incorporación de datos holísticos en las proyecciones de los centros de distribución, los retailers consiguen de forma consistente asignaciones precisas que reflejan tanto la demanda planificada calculada a partir de los datos históricos (“pull-based”) como los repartos de stock intencionados desde almacén (“push-based”).
Los retailers que implementan soluciones integradas de previsión y reabastecimiento ven una reducción de hasta un 40% en mermas y un 30% de reducción de inventario. Pero además, se puede observar un 85% de reducción en roturas de stock, más del 99% de disponibilidad y un 50% de tiempo menos en la realización de pedidos. Donde hay un reto, siempre hay una oportunidad. Todos los supermercados con objetivos de reducción de mermas deberían considerar seriamente los beneficios de una cadena de suministro integrada.
Este artículo fue publicado originalmente en Refrigerated and Frozen Foods.